Autora

Soy autora de todo lo escrito en este blog.
Ruego, por favor, respeto.
Derechos reservados.
Muchas gracias.
Gloria Mateo Grima





jueves, 24 de mayo de 2012

¡A los tóxicos que los zurzan!





El sol penetra por las rendijas de la persiana. La radio ruge y vomita veneno de crisis. No importa cambiar el díal, en todos hay un chorro del cianuro del pesimismo. Existen emisoras de radio o cadenas de televisión expertas en emitir discos rayados de la desesperanza, de augurar más tozolones. Parece que se regodean en ello. ¿Dormirán a pierna suelta por la noche los especialistas en el escarnio? 

El miedo machaca, hace que las pieles se encojan y se arrugue el alma.

Lentamente, sigilosamente, las “primas” nos hacen la puñeta y deseamos ser, de repente, sordos y ciegos. 
Saturados, cerramos los oídos y los ojos, casi mecánicamente. Así, al menos, tratamos de preservar lo poco que nos está quedando de cordura y el hálito de serenidad que se va difuminando.Tratamos de sobrevivir ¡ No podemos más... !
Tampoco queremos oler. Hemos llegado al extremo de que lo hediondo de la podredumbre de muchas ollas con chorizos corrompidos nos hace huir, salir corriendo; pero... ¿hacia dónde? Y hay hatillos de vida que viajan desorientados hacia el extranjero. Sin horizonte, sin rumbo...¡Horizonte, trabajo, vida...!
Lo último que se pierde es el pensamiento y la voz, que se encabritan primero, retroalimentándose, recurrentes en el interior del cerebro y escupen sonoramente parte de la ponzoña. Es la olla a presión que suelta bufidos del vapor, porque si no lo hace revienta.

Jóvenes, convertidos en viejos, ya expertos en el desánimo que mendigan cotizar, llamando a muchas puertas con papeles y papeles en las manos, timbres en forma de currículos que poco a poco se van oxidando en los cajones o que yacen en las papeleras virtuales de los ordenadores. Mayores, con experiencia y muchos años cotizados, con carreras fruto de estudiar y trabajar que les hicieron robar horas de asueto para adquirir los conocimientos que, en su momento, no pudieron y hoy están tirados como hierbas secas en los barrancos, esperando el milagro de una gota de agua. ¡Quién va a fijarse en alguien maduro o que le queden pocos años para la jubilación!

Agobio, ansiedad, angustia, somatizaciones, desahucios por no poder pagar la hipoteca, pisos pateras de abuelos que que con rentas miserables acogen a sus hijos y nietos; gente  en la calle que no tiene el privilegio de tener a nadie que lo arrope, suicidios encubiertos y no cubiertos, sino a plena luz... videntes estafadores y echadores de cartas, que atracan a la desesperación de un trabajo, estafadores a secas, con el corazón seco de sentimientos...

Ya ni los niños juegan al darse cuenta del gesto adusto de sus padres. Algo perciben, algo barruntan en sus pequeñas mentes. Sus padres están crispados y sin ganas de reír por todos los tozolones que reciben. Hay cuqueras en su sangre. Todo rezuma desánimo. Los esbarizaculos conducen hacia barrizales.

Dicen que todo ha sido producto del despilfarro en el que hemos vivido. ¡¿Todos?!
Hay muchos tipos de guerras, de exterminio, y estamos inmersos en una que tiene balas de cianuro. Cada día una dosis. Apenas se siente. Se acumula y va cobrándose sus presas.
¡Miedo, miedo, miedo...! ¡Mierda, mierda, mierda!

Ajustes, promesas de que así se van a crear puestos de trabajo. Otros, mientras tanto, puestos en sus puestos privilegiados, manejan los hilos, se tiran los trastos unos a otros....¡que lo que no se hizo, que lo que no se está haciendo y se prometió...!
¡El día que un político lo sea ganando solo el salario mínimo, dando el callo como cualquier obrero, sin coches oficiales ni disfrazado de sport para disimular, ese día...ese día será creíble! Mientras tanto...

El pensamiento positivo me puede engañar, pero no deseo ser agorera, ni quiero que haya generaciones perdidas, ni mayores que no tengan ganas de bailar y disfrutar de una tranquilidad merecida. Me gustaría que, mañana, para muchas personas, aunque el cielo esté nublado, siga colándose la luz por las persianas. Les haga abrir los ojos, sintiendo vida en su interior.

También, y hay que gritarlo bien alto, existen manos solidarias, que apoyan de manera anónima y socorren el ánimo y el bolsillo, aunque ellos se lo quiten de su precario salario. No es caridad, es solidaridad. 

Por eso...tiene que amainar el temporal. El gallo, con su quiquirí anunciará el amanecer.

¡¿VAMOS A DEJAR QUE NOS ANIQUILEN NUESTRA DIGNIDAD?! ¡NO!

¡A los tóxicos, que los zurzan!



G.M.G.