La cárcel, con su cerrazón arquitectónica, no impide que la mente fluya y sea libre.
Quizá el periodo de reflexión haga brotar lo más hermoso que tiene cada ser humano que allí entra y así le permita volver a respirar su esencia en estado más puro: la de los niños que no se han contaminado todavía y miran al mundo con ilusión y sonrisa.
Os invito a que por unos momentos entréis dentro del Centro Penitenciario de Daroca (Zaragoza), donde se rodó este interesante documental con la interpretación de Salvador Contreras “El Gitano Poeta”.
http://www.revistalaocaloca.com/2010/08/el-gitano-poeta/
Él mismo presenta con sus propias palabras el documental.
Escuchadlo bien, mirad su rostro y sus zapatos al bailar pero, sobre todo, observad su sentimiento.
¡Ojalá que se cumplan sus deseos!
Gracias a todos los que contribuyen a que un centro penitenciario no sea tan sombrío como se contempla desde afuera.
Todavía es posible la resinserción.
G.M.G.