Mecida en los recuerdos, busco el aliento,
arrancando las zarzas del manantial
que allí quedó olvidado, cuando la niña
se subió a los tacones, en la ciudad.
Altos tacones,
que me hicieron fundirme con ilusiones...
El tiempo que ha pasado dice lamentos
y fuerzas que flaquean, adversidad,
amores que habrán sido en algún momento,
estudio y mucho esfuerzo en soledad.
Altos tacones,
que han bailado a los ritmos de sensaciones...
"Pendientes de cerezas", me dice el viento.
"Vuelve de nuevo a la hoya del manantial".
Y aquí estoy con el convencimiento
de impregnarme un poquito de su serenidad.
Altos tacones,
esguinces de tobillo y a trompicones,
aún quiero recorrerme más callejones:
me he vuelto a sentir niña en el manantial.
G.M.G.