Esta tarde he guardado tu sonrisa
envuelta en mis pupilas encantadas
y he grabado tu voz a toda prisa
en el CD de mi alma ilusionada.
Soy ladrona, lo sé, de esos momentos
que muy de vez en cuando me regalas.
Me aprovecho de ti en esos encuentros
y detengo el reloj en las veladas.
Y tú no te das cuenta, ni te inmutas.
Hablamos,
desapareces y te marchas.
Gloria Mateo Grima