Ni
siquiera sé si están escondidos
en
simas profundas,
o
juegan conmigo a ver en mis ojos
cielo
y luego infiernos
de
adioses y olvidos.
Y
las esperanzas se visten de luto
en
muchos tiempos mudos.
Yo
me agarro al aire que aún respiro
lo
aprieto bien fuerte, cerrando mis puños,
lo
acaricio y beso;
lo
mimo...
Quisiera
esculpirlo y hacer unas manos,
que
me desnudaran del hielo que siento
en el vacío;
y
cincelar labios que fueran tan suyos
como
son los míos.
No
deseo juegos de enanos de amor,
ni
cálculos hechos por contables muertos,
estatus
de estatuas, ordinarios ricos
o
pluscuamperfectos.
Añoro
el sentir que sientan conmigo
un
mismo camino.
Pero
este reloj que ya va sonando con aire cansino
se
ríe de mí,
me
augura más sombras que me descolocan.
Mas...
yo quiero sol,
por
eso, en el juego del escondecucas,
oteo rincones,
por si en una sima oscura y cerrada
estuviera alguien que me acompasara.
Pero... mientras tanto...
¿quedará un mañana?
G.M.G.