Rebelde e indómita,
nada convencional.
En ocasiones, casi vencida
y rota a pedazos, salgo a la calle,
siento que me cobija.
Hace frío,
lo sé porque mi piel tirita.
Observo en un portal a una pareja:
ya no hacen el amor,
ahora se folla.
¡Follar, follar, tan sólo!,
hipnotizados con verbos malsonantes
y esquirlas brutas.
¿Cupido?:
se esconde en las alcantarillas.
Ya lo sabía.
Nada me escandaliza,
pero me voy deprisa:
detrás de esas palabras que he escuchado
nunca habrá sitio para caricias y ternura.
¿Dónde quedo el amar?
Punto final.
Y yo sigo rebelde e indómita,
aunque mi piel tirita.
Gloria Mateo Grima