Me besaban tus ojos alumbrando penumbras,
y es que había olvidado nubes de caramelo
de otros días.
Me cantaban canciones tus palabras doradas
dándoles a mi vida esbozos de locura,
con desvarío dulce.
Me devolviste a mí de mi sueño apagado
y de aquella niña despertó la mujer.
Gloria Mateo G.