La vida se cuela en mis retinas.
Se mezclan los olores.
El azahar quiere coserme las heridas,
sus estambres me curan.
La primavera vierte esencia de lilas
y mis manos se extienden
para impregnarme de su energía.
No importa que no salga a la calle,
este coronavirus no será capaz de robarme
el jardín que florece en mi mente,
porque le he puesto una tajadera de luz
al miedo
y estoy protegida
Escucho cantar a los pájaros cuando despierta el día.
La esperanza, traviesa,
me saca una sonrisa haciéndome
cosquillas.
Glory Mateo G.
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