No necesito mucho, tan sólo una caricia
sobre mi piel helada, hambrienta de calor,
sin lencería fina que trote a la conquista,
pero con las alhajas que tiene el corazón.
No necesito mucho, ya lo ves...solo anhelo
que al rozarme tus dedos me produzcan pasión
y un jazmín en el aire impregne mi memoria
con su aroma, y me cubra de armonía interior.
No necesito mucho...tal vez cada mañana
néctar de tamarindo en un vaso de flor
que me traigan tus manos ofreciéndome vida
y yo beba en un sueño, sueño reparador.
No necesito mucho,
sólo te espero, AMOR.
Gloria Mateo Grima