Me besaban tus ojos y huía a las penumbras,
porque había olvidado nubes de caramelo
de lejanos días.
Me cantaban canciones tus palabras doradas
y daban a mi vida esbozos de locura,
con desvarío dulce.
Me devolviste a mí de mi sueño apagado.
Y despertó la mujer...
G.M.G.