EL
PATIO DE SU CASA NO ERA PARTICULAR
Así
ha sido. El patio de la casa de la persona que se ha suicidado en
Granada no era particular. No era de él, no. Era particular del banco. Por eso, éste ha hecho uso de su propiedad...
No importan los
dramas, los destrozos humanos. No importa nada, salvo el dinero.
Callado, sin decir nada, este granadino no
ha podido más. A los cincuenta y tantos años le ha importado su
vida un pimiento. La desesperación se lo ha tragado; la impotencia
ha taladrado sus emociones. No ha querido ver cómo le hacían salir
de las 4 paredes que han arropado gran parte de su vida. No ha
querido seguir sufriendo. Ha echado la llave, antes, su llave más íntima y particular. No ha dado lugar
a que le llevaran la orden de desalojo. El banco, por medio de los agentes judiciales, ha encontrado a un
interlocutor sordo. Ahora tiene una victoria más, unos ladrillos
más. No importa que haya una vida menos.
Ansiolíticos,
antidepresivos, hipnóticos, etc. han aumentado en los botiquines de
las casas llenas de gente enferma de falta de trabajo, de deudas, desesperación, estrés, tristeza, desesperanza, de hambre de justicia...
Cuando
los recortes no sirven ni para fabricar una mísera manta de retales
que cobije la desnudez del ser humano. ¿A dónde conducen?
Seguramente a la supervivencia de los que tienen los bolsillos más
llenos. Todos los demás...ni zurcidos los jirones, podrán,
podremos, volver a tener ebozos de bolsillos.
Espero, deseo y necesito pensar que todavía pueda haber algo de cordura en este mundo de números.
Sigo queriendo ver una brizna de humanidad entre tanta basura.
¡Luchemos todos por ello!
Sigo queriendo ver una brizna de humanidad entre tanta basura.
¡Luchemos todos por ello!
G.M.G.