Quisiera
recorrerte con mis dedos
y
gozar la dulzura de tu boca
que humedezca poco a poco mi piel
bordada en surcos, arañada por rocas.
bordada en surcos, arañada por rocas.
Me gustaría, sí, notarte al lado
y
sentir el rozar de tu mirada,
desde este tiempo de calor, tan frío,
que se ha instalado cubriéndome de nada.
Mas... sé que no es verdad y que no hay nadie
al
que pueda contarle mis latidos,
que nunca son bobadas inventadas
sino anhelos de un templo de cariño.
Tendría que decirte tantas cosas,
en estas horas de quietud y calma
en la que casi toco hasta el silencio
que me acaricia poco a poco el alma.
Pero la soledad no me da miedo:
el silencio conquista y es el amor más tierno.
que me acaricia poco a poco el alma.
Pero la soledad no me da miedo:
el silencio conquista y es el amor más tierno.
Gloria Mateo Grima